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Con la llegada de estas fechas, el Belén de Renuncio abre sus puertas para invitar a los visitantes a sumergirse en la magia de la Navidad. Construido con materiales sencillos como arena, musgo, cortezas de árbol, porexpan y escayola, y fruto de muchas horas de dedicación, el resultado es un paisaje cautivador lleno de detalles que evocan la esencia del antiguo Egipto y Belén. Con su estilo único y su inconfundible saber hacer, el Belén conquista a quienes lo visitan. Además, sorprende gratamente por estar en un pequeño y humilde pueblo, dejando una huella que invita a regresar año tras año. Cada Navidad, los visitantes descubren nuevas sorpresas. Este año las principales novedades son: una zona de Egipto dedicada al templo de Hatshepsut, una nueva casa en el pueblo de Belén y un nuevo puesto en el mercado ambulante. El Belén ocupa una superficie de 55 metros cuadrados y cuenta con cerca de 200 figuras del escultor José Luis Mayo (Madrid), así como unas 30 construcciones de estilo hebreo tradicional, dividas en tres áreas: Belén, la huida a Egipto y Egipto.

Con esta ocasión ya son 23 veces las que se ha instalado el Belén de Renuncio, convirtiéndose en una tradición ineludible para todos los amantes de los belenes. Y es que la gente que lo visita por primera vez, se queda sorprendida de como un Belén de estas características se encuentra en un pequeño pueblo como es Renuncio, y por eso repiten año tras año. Los materiales utilizados para su creación son sencillos y de escaso valor: cortezas de árbol, musgo, porexpan y escayola. Sin embargo, a través de un arduo trabajo y dedicación, y a una identidad y estilo únicos, se logra dar vida a un elaborado y detallado paisaje, inspirado en el antiguo pueblo de Belén. Quienes visitan el Belén cada año siempre descubren nuevas sorpresas, en esta ocasión se han incorporado 4 nuevas edificios, nuevas figuras y abundante vegetación. Como es habitual, el Belén se despliega a lo largo de una superficie de 55 metros cuadrados, albergando alrededor de 200 figuras y aproximadamente 30 construcciones de estilo hebreo tradicional, divido en 3 zonas diferenciadas.

El espíritu de la navidad vuelve al Belén de Renuncio un año más, y con este ya son más de 20 de forma ininterrumpida. Este es el que hace posible que, con unas cortezas de árbol, un poco de musgo y algo de escayola, se consiga un elaborado y detallado paisaje inspirado en el pueblo de Belén de hace más de 2000 años. Como siempre el Belén se extiende a través de los 55 metros cuadrados de superficie, cuenta con 200 figuras y aproximadamente 20 edificaciones de estilo hebreo tradicional. El Belén de Renuncio a través de todos estos años ha creado una personalidad y un saber hacer inconfundible, y ello le ha valido para que sea una cita obligatoria de todos los burgaleses durante las navidades. Para aquellos que todos los años se acercan al belén, siempre tienen novedades que descubrir, en esta ocasión podrán encontrar: nuevas cuevas realizadas en madera (sello identidad del Belén de Renuncio), nuevas casas, y nuevas edificaciones egipcias, entre otras cosas.

En 2001, el Belén de Renuncio comenzaba su humilde andadura, instalado en la iglesia del pueblo, y con apenas 5 metros cuadrados. 20 años después, en 2021, el Belén de Renuncio cuenta con 55 metros cuadrados y es la edición que cuenta con mas novedades de su historia. En esta ocasión se ha querido potenciar todos los elementos que durante estos 20 años, lo han convertido en una cita obligatoria durante las Navidades. Pero estas novedades no solo se quedan dentro del local del Belén, si no que también se pueden ver en la decoración del exterior. Esta está inspirada en la casa de Papá Noel, en Laponia, y ha recibido importantes mejoras, destacando la nueva iluminación navideña, que este año alcanza los 18.000 leds.